EL RECUERDO DE UN PASADO
Se haga luz en mi memoria
para contar bien los hechos
cómo se empezó el proceso
para encontrar nuestros muertos.
Fue promovido en Corella
inspirado en dos mujeres
lo tomaron por deberes
lanzarse en esta aventura,
de buscar los familiares
de todos los fusilados
exponiendo sin reparos
la tan penosa andadura.
Sin distinciones de clases
movidos por un afán
la de poder encontrar
estas reliquias perdidas.
Así bendigo este día
que conocí a estas mujeres
dignas de elogio y cariño
con ellas hice caminos
buenos, malos y medianos
conocimos como hermanos
una familia en Pamplona
y conversando así supimos
que juntos fueron prendidos
su padre, el nuestro y amigos
hasta siete en un total,
unidos por infortunio
y heridos del mismo mal
ya que íbamos a buscar
los mismos restos queridos
acordamos con cariño
hacer una sociedad
con todos los familiares
que sufrían de este mal.
En las escuelas del pueblo
se fundaba esta Gestora
allí se fue conociendo
lo que somos las personas.
Se trató de rescatar
todos los restos queridos
donde fueron escondidos
por la mano criminal.
Ya nos ponemos en marcha
había que averiguar
dónde fueron fusilados
y dónde enterrados están.
Empezamos por Tudela
como punto principal
ya que de aquí los sacaron
y no los vimos jamás.
Tratamos con buenas gentes
que abrieron su corazón
nos dieron la información
que pobremente sabían.
Así pasaban los días
llegando a la conclusión
de hablar con algún matón
que estos algo nos dirían.
Este empeño dio su fruto
y un poco en cada lugar
fue tan largo el caminar
por tan ásperos caminos
que poco a poco supimos
donde sus restos están.
Lo mismo tres compañeros
muertos de misma manera
estos tambien de Corella
los pudimos rescatar.
Dando cuenta en la Gestora
hicimos nuestros proyectos
para rescatar los restos
del cementerio Tudela.
Convocamos a otros pueblos
que guardo sin mencionar
para ir a desenterrar
ellos también a sus muertos.
En ristre picos y palas
con enorme voluntad
ansiosos por encontrar
lo que ocultó el malhechor.
Emociones no olvidadas
de estos trágicos momentos
cuando sacamos los restos
y llevarlos a Corella.
Ya no paramos la marcha
y a Alfaro nos dirigimos
pero bien pronto supimos
que los restos que buscamos
ya los habían sacado
por falta de cementerio.
Pues suplicios como este
muchos tengo que contar
hasta poder conversar
con amigos y con curas
que al momento se brindaron
para darnos toda ayuda,
más cambió la situamión
al conocer al alcalde
con atenciones muy grandes
nos prometió interesarse
y así pudieron sacarse
los restos que buscábamos.
No sin antes recabar
la ayuda al enterrador
al faltar información
inutil era picar.
Pues pronto supo marcar
sin errar ni medio metro
lo que se tuvo en secreto
lo tuvo que divulgar
Nuestra ilusión va creciendo
cuando vamos reuniendo
estos restos calcinados
que estuvieron ocultados
por las manos asesinas.
Ya tenemos recogidos
los muertos de Ballarain
para culminar la obra
más cruel en esta vida
sus hermanos traerían
los restos desde la Sarda
vilezas se cometieron
no solo al asesinar
pues lo quisieron quemar
los cristianos en mi tierra,
para borrar toda huella
de la mano criminal.
No quiero que se me olvide
el trabajo y corazón
que tuvo el enterrador
conocido por Pirata.
Mucho se le debe a este hombre
que por propia voluntad
nos dejó para guardar
todos los restos traídos
hasta tener construido
nuestro honroso panteón.
Nunca puso condición
para abrir el cementerio
porque si mal no recuerdo
le hicimos perder la cena
la noche que de Valtierra
traíamos unos restos.
Siempre se encontró dispuesto
no faltó en ningún lugar
lo mismo para picar
que orientarnos como experto.
Elogiemos este gesto
de su trabajo y tesón
pues le sobró corazón
a un PIRATA en este pueblo.
Ya vamos al Carrascal
seguro lo sabíamos
que ocho fueron fusilados
sin precisar el lugar.
Con la pala excavadora
abrimos grandes cimientos
sintiendo un dolor inmenso
al no encontrar lo buscado.
El recordarlo es muy triste
tanta ilusión reunida
para perderla en un día
al terminar con fracaso.
La tenacidad fue grande
demostrada muchas veces
pues aún se volvió tres veces
con la pala excavadora
hasta terminar la obra
de recuperar los restos.
Esto demuestra el amor
de los que nunca olvidaron
así la tierra minaron
entre angustias reprimidas,
sacando a la luz del día
estos restos ocultados
por asesinos malvados
que les quitaron la vida.
Otra matanza sangrienta
que acongoja al comentarlo
fué veintisiete inocentes
que mataron en Milagro.
Dejamos para el final
el detallar bien la historia.
por muchos años que pasen
se irá de nuestra memoria.
Prisioneros como fieras
en un llamado granero
de un marquesado del pueblo
que asi cedió su nobleza
para qué mayor bajeza
para tan grande señor…
dejó granero y su honor
y se sumó en esta fiesta.
Veintisiete hombres atados
sin piedad los torturaron
alargando su calvario
hasta matar en Milagro.
Como era de acontecer
entre jefes y asesinos
todos fueron reunidos
para gozar de la fiesta.
Fijaron gloriosa fecha
y sin más preocupaciones
aquí, sobraron matones,
todos fueron de Corella.
¡Qué valentía, qué honor,
la ley de un pueblo cristiano
manchar de sangre las manos
como Caín con su hermano!
Ya es mucho imaginar
el cuadro conmovedor,
cómo tuvieron valor
del exterminio masivo
pues mataron hasta un niño
de quince años de edad
No tiene contestación
con la frente levantada
hacer esta salvajada
si tanto temen a Dios.
Pueblo de tantas iglesias
cobijo de forajidos
en vez de salir cristianos
salieron tanto asesino.
Como era cerca el lugar
del cementerio Milagro
allí fueron enterrados
juntos en fosa común.
Con el transcurrir del tiempo
Franco confirma un invento
de hacer grande un monumento
y rellenarlo con muertos.
Así bautizó con nombre
EL VALLE DE LOS CAÍDOS
que se guarden tanto honor
y metan sus elegidos.
Sin consultar a las familias
cuales eran sus deseos
antes les quitan la vida
y ahora nos llevan sus restos.
Si nunca se preocuparon
donde caían sus cuerpos
sus deseos fue matarlos
no buscarles cementerios.
Sin nuestro consentimiento
los llevaron a Madrid,
nos lo contaron por fin
el enterrador del pueblo.
Lo dijo con claridad
todo lo que sucedió
creímos a este señor
porque dijo la verdad.
Le toco desenterrarlos
y ponerlos en cajones
fue orden de los mandones
bien sabían el lugar.
¡Qué presagios más funestos,
cómo traer nuestros restos
de lugar tan bien cerrado!.
No perdimos nuestra fe
hicimos indagaciones
así nos dieron razones
para poder empezar.
Hasta poder terminar
cuántos sufrimientos juntos,
por fin tuvimos el triunfo
al traerlos de Madrid.
A pesar de la razón
para pedir lo que es tuyo
las injusticias que hicieron
y aún quieren que estemos mudos.
Ya nos sentimos contentos
que a su tierra regresaron,
se cumplió nuestro deseo
aunque muchos lo dudaron.
Es satisfacción de todas
de tenerlos recogidos
y hacerles un funeral
a estos restos tan queridos.
Con el esfuerzo de todos
con dinero y corazón,
hicimos el panteón
honra y orgullo de un pueblo.
Sin recursos financieros
dentro de nuestra humildad
no quisimos mendigar
a los que ayudar pudieron.
Que se guarden su dinero
que no han sabido aportar
para poder ayudar
como hicieron otros pueblos.
Aún nos queda la tristeza
de no tener con nosotros
esos restos que son pocos
que no se han recuperado.
Esperamos que algun día
sepamos de algún lugar
donde poderlos buscar
ese será nuestro gozo.
Quisiera como homenaje
resaltar la valentía
de una mujer muy querida
que lo supo desmostrar.
Primera en el caminar
a donde quiera que fuese
así encontró muchas veces
desprecios y sinsabores
al buscar informaciones
de boca de mahechores
o pedir otros favores
en su mucho trabajar.
Por donde quiera que fuimos
montes, senderos o pueblos
aguantando tantas veces
las inclemencias del tiempo.
Pues lo hizo de corazón
y por tan buena razón
de grandeza y lealtad
nunca se debe olvidar
el ejemplo que nos dió.
Mas perdonar si hubo error
en todo lo que he contado
lo que tracé con la mano
me salió del corazón.
Y ya para despedirme
de estas familias queridas
que azotadas en la vida
han sabido qué es dolor.
Os digo de corazón
que siempre me encontraréis
y a vuestro lado tendréis
a este amigo, servidor.
22/5/1980
Se haga luz en mi memoria
para contar bien los hechos
cómo se empezó el proceso
para encontrar nuestros muertos.
Fue promovido en Corella
inspirado en dos mujeres
lo tomaron por deberes
lanzarse en esta aventura,
de buscar los familiares
de todos los fusilados
exponiendo sin reparos
la tan penosa andadura.
Sin distinciones de clases
movidos por un afán
la de poder encontrar
estas reliquias perdidas.
Así bendigo este día
que conocí a estas mujeres
dignas de elogio y cariño
con ellas hice caminos
buenos, malos y medianos
conocimos como hermanos
una familia en Pamplona
y conversando así supimos
que juntos fueron prendidos
su padre, el nuestro y amigos
hasta siete en un total,
unidos por infortunio
y heridos del mismo mal
ya que íbamos a buscar
los mismos restos queridos
acordamos con cariño
hacer una sociedad
con todos los familiares
que sufrían de este mal.
En las escuelas del pueblo
se fundaba esta Gestora
allí se fue conociendo
lo que somos las personas.
Se trató de rescatar
todos los restos queridos
donde fueron escondidos
por la mano criminal.
Ya nos ponemos en marcha
había que averiguar
dónde fueron fusilados
y dónde enterrados están.
Empezamos por Tudela
como punto principal
ya que de aquí los sacaron
y no los vimos jamás.
Tratamos con buenas gentes
que abrieron su corazón
nos dieron la información
que pobremente sabían.
Así pasaban los días
llegando a la conclusión
de hablar con algún matón
que estos algo nos dirían.
Este empeño dio su fruto
y un poco en cada lugar
fue tan largo el caminar
por tan ásperos caminos
que poco a poco supimos
donde sus restos están.
Lo mismo tres compañeros
muertos de misma manera
estos tambien de Corella
los pudimos rescatar.
Dando cuenta en la Gestora
hicimos nuestros proyectos
para rescatar los restos
del cementerio Tudela.
Convocamos a otros pueblos
que guardo sin mencionar
para ir a desenterrar
ellos también a sus muertos.
En ristre picos y palas
con enorme voluntad
ansiosos por encontrar
lo que ocultó el malhechor.
Emociones no olvidadas
de estos trágicos momentos
cuando sacamos los restos
y llevarlos a Corella.
Ya no paramos la marcha
y a Alfaro nos dirigimos
pero bien pronto supimos
que los restos que buscamos
ya los habían sacado
por falta de cementerio.
Pues suplicios como este
muchos tengo que contar
hasta poder conversar
con amigos y con curas
que al momento se brindaron
para darnos toda ayuda,
más cambió la situamión
al conocer al alcalde
con atenciones muy grandes
nos prometió interesarse
y así pudieron sacarse
los restos que buscábamos.
No sin antes recabar
la ayuda al enterrador
al faltar información
inutil era picar.
Pues pronto supo marcar
sin errar ni medio metro
lo que se tuvo en secreto
lo tuvo que divulgar
Nuestra ilusión va creciendo
cuando vamos reuniendo
estos restos calcinados
que estuvieron ocultados
por las manos asesinas.
Ya tenemos recogidos
los muertos de Ballarain
para culminar la obra
más cruel en esta vida
sus hermanos traerían
los restos desde la Sarda
vilezas se cometieron
no solo al asesinar
pues lo quisieron quemar
los cristianos en mi tierra,
para borrar toda huella
de la mano criminal.
No quiero que se me olvide
el trabajo y corazón
que tuvo el enterrador
conocido por Pirata.
Mucho se le debe a este hombre
que por propia voluntad
nos dejó para guardar
todos los restos traídos
hasta tener construido
nuestro honroso panteón.
Nunca puso condición
para abrir el cementerio
porque si mal no recuerdo
le hicimos perder la cena
la noche que de Valtierra
traíamos unos restos.
Siempre se encontró dispuesto
no faltó en ningún lugar
lo mismo para picar
que orientarnos como experto.
Elogiemos este gesto
de su trabajo y tesón
pues le sobró corazón
a un PIRATA en este pueblo.
Ya vamos al Carrascal
seguro lo sabíamos
que ocho fueron fusilados
sin precisar el lugar.
Con la pala excavadora
abrimos grandes cimientos
sintiendo un dolor inmenso
al no encontrar lo buscado.
El recordarlo es muy triste
tanta ilusión reunida
para perderla en un día
al terminar con fracaso.
La tenacidad fue grande
demostrada muchas veces
pues aún se volvió tres veces
con la pala excavadora
hasta terminar la obra
de recuperar los restos.
Esto demuestra el amor
de los que nunca olvidaron
así la tierra minaron
entre angustias reprimidas,
sacando a la luz del día
estos restos ocultados
por asesinos malvados
que les quitaron la vida.
Otra matanza sangrienta
que acongoja al comentarlo
fué veintisiete inocentes
que mataron en Milagro.
Dejamos para el final
el detallar bien la historia.
por muchos años que pasen
se irá de nuestra memoria.
Prisioneros como fieras
en un llamado granero
de un marquesado del pueblo
que asi cedió su nobleza
para qué mayor bajeza
para tan grande señor…
dejó granero y su honor
y se sumó en esta fiesta.
Veintisiete hombres atados
sin piedad los torturaron
alargando su calvario
hasta matar en Milagro.
Como era de acontecer
entre jefes y asesinos
todos fueron reunidos
para gozar de la fiesta.
Fijaron gloriosa fecha
y sin más preocupaciones
aquí, sobraron matones,
todos fueron de Corella.
¡Qué valentía, qué honor,
la ley de un pueblo cristiano
manchar de sangre las manos
como Caín con su hermano!
Ya es mucho imaginar
el cuadro conmovedor,
cómo tuvieron valor
del exterminio masivo
pues mataron hasta un niño
de quince años de edad
No tiene contestación
con la frente levantada
hacer esta salvajada
si tanto temen a Dios.
Pueblo de tantas iglesias
cobijo de forajidos
en vez de salir cristianos
salieron tanto asesino.
Como era cerca el lugar
del cementerio Milagro
allí fueron enterrados
juntos en fosa común.
Con el transcurrir del tiempo
Franco confirma un invento
de hacer grande un monumento
y rellenarlo con muertos.
Así bautizó con nombre
EL VALLE DE LOS CAÍDOS
que se guarden tanto honor
y metan sus elegidos.
Sin consultar a las familias
cuales eran sus deseos
antes les quitan la vida
y ahora nos llevan sus restos.
Si nunca se preocuparon
donde caían sus cuerpos
sus deseos fue matarlos
no buscarles cementerios.
Sin nuestro consentimiento
los llevaron a Madrid,
nos lo contaron por fin
el enterrador del pueblo.
Lo dijo con claridad
todo lo que sucedió
creímos a este señor
porque dijo la verdad.
Le toco desenterrarlos
y ponerlos en cajones
fue orden de los mandones
bien sabían el lugar.
¡Qué presagios más funestos,
cómo traer nuestros restos
de lugar tan bien cerrado!.
No perdimos nuestra fe
hicimos indagaciones
así nos dieron razones
para poder empezar.
Hasta poder terminar
cuántos sufrimientos juntos,
por fin tuvimos el triunfo
al traerlos de Madrid.
A pesar de la razón
para pedir lo que es tuyo
las injusticias que hicieron
y aún quieren que estemos mudos.
Ya nos sentimos contentos
que a su tierra regresaron,
se cumplió nuestro deseo
aunque muchos lo dudaron.
Es satisfacción de todas
de tenerlos recogidos
y hacerles un funeral
a estos restos tan queridos.
Con el esfuerzo de todos
con dinero y corazón,
hicimos el panteón
honra y orgullo de un pueblo.
Sin recursos financieros
dentro de nuestra humildad
no quisimos mendigar
a los que ayudar pudieron.
Que se guarden su dinero
que no han sabido aportar
para poder ayudar
como hicieron otros pueblos.
Aún nos queda la tristeza
de no tener con nosotros
esos restos que son pocos
que no se han recuperado.
Esperamos que algun día
sepamos de algún lugar
donde poderlos buscar
ese será nuestro gozo.
Quisiera como homenaje
resaltar la valentía
de una mujer muy querida
que lo supo desmostrar.
Primera en el caminar
a donde quiera que fuese
así encontró muchas veces
desprecios y sinsabores
al buscar informaciones
de boca de mahechores
o pedir otros favores
en su mucho trabajar.
Por donde quiera que fuimos
montes, senderos o pueblos
aguantando tantas veces
las inclemencias del tiempo.
Pues lo hizo de corazón
y por tan buena razón
de grandeza y lealtad
nunca se debe olvidar
el ejemplo que nos dió.
Mas perdonar si hubo error
en todo lo que he contado
lo que tracé con la mano
me salió del corazón.
Y ya para despedirme
de estas familias queridas
que azotadas en la vida
han sabido qué es dolor.
Os digo de corazón
que siempre me encontraréis
y a vuestro lado tendréis
a este amigo, servidor.
22/5/1980
EL RETORNO Y LA DESPEDIDA
Que repiquen las campanas
ya pueden tocar a muerto
tantos años ocultados
y enterrados en silencio.
En las noches solitarias
donde cayeron sus cuerpos
sin vida llenos de sangre
torturados sin consuelo.
Por un afán de exterminio
que negarlo no pudieron
hombres de conciencia negra
dejando tristes recuerdos.
Con lágrimas contenidas
y amargura en nuestros pechos
hoy tendréis un funeral
digno, en acompañamiento.
Por familiares y amigos
que han venido de otros pueblos
y amistades para siempre
que hicieron por los senderos.
Cuando juntos caminamos
con el mismo pensamiento
uniendo nuestros trabajos
por encontrar nuestros muertos
Para que descansen juntos
en los propios cementerios
digno de todo difunto,
no enterrados como perros.
Con edades y con nombres
que remuevan más recuerdos
estaréis siempre presentes
que los vea todo el pueblo.
Y el que se manchó las manos
con sangre de vuestro cuerpo
que no trate de lavarse
son manchas que quedan dentro.
Y no se limpian jamás
porque se van extendiendo
con recuerdos imborrables
llenos de remordimientos.
Que para vivir de pie
sin sombras y sin desprecios
limpia tendrás la conciencia
que no te acusen los muertos.
Más que vivan muchos años
los que tanto mal hicieron
que cuenten sus andaduras
a sus hijos y a sus nietos.
Si tienen fuerza moral
de esclarecer bien los hechos
han de vivir inclinados
con la mirada en el suelo.
Y nosotros, los vencidos
tantas veces humillados
que demos ejemplo al mundo
sin odios y sin agravios.
Que se puede ser mejor
y convivir como hermanos
forjando un mundo de paz
sin ensuciarnos las manos.
Corella, 27 de abril de 1980
Que repiquen las campanas
ya pueden tocar a muerto
tantos años ocultados
y enterrados en silencio.
En las noches solitarias
donde cayeron sus cuerpos
sin vida llenos de sangre
torturados sin consuelo.
Por un afán de exterminio
que negarlo no pudieron
hombres de conciencia negra
dejando tristes recuerdos.
Con lágrimas contenidas
y amargura en nuestros pechos
hoy tendréis un funeral
digno, en acompañamiento.
Por familiares y amigos
que han venido de otros pueblos
y amistades para siempre
que hicieron por los senderos.
Cuando juntos caminamos
con el mismo pensamiento
uniendo nuestros trabajos
por encontrar nuestros muertos
Para que descansen juntos
en los propios cementerios
digno de todo difunto,
no enterrados como perros.
Con edades y con nombres
que remuevan más recuerdos
estaréis siempre presentes
que los vea todo el pueblo.
Y el que se manchó las manos
con sangre de vuestro cuerpo
que no trate de lavarse
son manchas que quedan dentro.
Y no se limpian jamás
porque se van extendiendo
con recuerdos imborrables
llenos de remordimientos.
Que para vivir de pie
sin sombras y sin desprecios
limpia tendrás la conciencia
que no te acusen los muertos.
Más que vivan muchos años
los que tanto mal hicieron
que cuenten sus andaduras
a sus hijos y a sus nietos.
Si tienen fuerza moral
de esclarecer bien los hechos
han de vivir inclinados
con la mirada en el suelo.
Y nosotros, los vencidos
tantas veces humillados
que demos ejemplo al mundo
sin odios y sin agravios.
Que se puede ser mejor
y convivir como hermanos
forjando un mundo de paz
sin ensuciarnos las manos.
Corella, 27 de abril de 1980
HISTORIAS AL VUELO
El mundo debe saber
y poder así juzgarlo,
lo que se hizo en este pueblo
que se tuvo por CRISTIANO.
Por hombres facinerosos
armados por los caciques
dejaron para la historia
un recuerdo amargo y triste,
registrando casa a casa
como a vulgares ladrones
los sacaban a empujones,
con engaños y mentiras
acusados sin delitos
atados como villanos,
hay que tener corazón
para llamarse CRISTIANO.
Las madres llenas de angustia,
nublos de llanto los ojos
de ver tanta infamia unida,
para quitarles la vida
los acusaban de rojos.
Llena la cárcel del pueblo
los demás en el granero,
esperan con inocencia
porque nada malo hicieron.
Con saña son maltratados
da vergüenza hasta decirlo
por gentes del mismo pueblo
que fueron bien conocidos.
Despertando como fieras
el odio mal adquirido
voluntarios se prestaban
para hacer cualquier delito.
Porque sin causas ni juicios
los mataban por las noches,
tirados de mil posturas
por barrancos y por montes.
¿Qué suplicas y clemencias
pedirían estos hombres
al verse entre fusiles.
en los campos y de noche?
Atados como corderos
esperando el sacrificio
sin poderse defender
en el propio matadero.
Los cuerpos ensangrentados
ya quedan abandonados,
valentía de unos hombres
que se llamaban CRISTIANOS.
Ni súplicas ni lamentos
ablandan seres sin alma,
para que digan por fin
dónde hicieron sus hazañas
dónde enterraron los muertos
la respuesta ha sido vana,
favor injusto es pedir
que hablen las alimañas.
Hoy con muchos sacrificios
os hemos recuperado
ya que ocultos os tenían
esparcidos por los campos.
No queremos más clemencias
de asesinos mal pagados,
por muy ocultos que estén
los buscarán nuestras manos,
con el cariño más fiel
sin fatigas ni cansancios,
y juntos descasaréis
como hermanos de holocausto
en un común panteón,
hecho con las propias manos
de vuestros seres queridos,
que nunca os olvidaron.
Pondremos dedicatoria
en el mármol bien visible:
¡NO MURIERON COMO HUMANOS!
los mataron sin piedad,
y se llamaban CRISTIANOS.
Corella, 27 de abril de 1980
El mundo debe saber
y poder así juzgarlo,
lo que se hizo en este pueblo
que se tuvo por CRISTIANO.
Por hombres facinerosos
armados por los caciques
dejaron para la historia
un recuerdo amargo y triste,
registrando casa a casa
como a vulgares ladrones
los sacaban a empujones,
con engaños y mentiras
acusados sin delitos
atados como villanos,
hay que tener corazón
para llamarse CRISTIANO.
Las madres llenas de angustia,
nublos de llanto los ojos
de ver tanta infamia unida,
para quitarles la vida
los acusaban de rojos.
Llena la cárcel del pueblo
los demás en el granero,
esperan con inocencia
porque nada malo hicieron.
Con saña son maltratados
da vergüenza hasta decirlo
por gentes del mismo pueblo
que fueron bien conocidos.
Despertando como fieras
el odio mal adquirido
voluntarios se prestaban
para hacer cualquier delito.
Porque sin causas ni juicios
los mataban por las noches,
tirados de mil posturas
por barrancos y por montes.
¿Qué suplicas y clemencias
pedirían estos hombres
al verse entre fusiles.
en los campos y de noche?
Atados como corderos
esperando el sacrificio
sin poderse defender
en el propio matadero.
Los cuerpos ensangrentados
ya quedan abandonados,
valentía de unos hombres
que se llamaban CRISTIANOS.
Ni súplicas ni lamentos
ablandan seres sin alma,
para que digan por fin
dónde hicieron sus hazañas
dónde enterraron los muertos
la respuesta ha sido vana,
favor injusto es pedir
que hablen las alimañas.
Hoy con muchos sacrificios
os hemos recuperado
ya que ocultos os tenían
esparcidos por los campos.
No queremos más clemencias
de asesinos mal pagados,
por muy ocultos que estén
los buscarán nuestras manos,
con el cariño más fiel
sin fatigas ni cansancios,
y juntos descasaréis
como hermanos de holocausto
en un común panteón,
hecho con las propias manos
de vuestros seres queridos,
que nunca os olvidaron.
Pondremos dedicatoria
en el mármol bien visible:
¡NO MURIERON COMO HUMANOS!
los mataron sin piedad,
y se llamaban CRISTIANOS.
Corella, 27 de abril de 1980
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