jueves, 20 de diciembre de 2018

EL PRIMER CICLO DE EXHUMACIONES Y HOMENAJES A FUSILADOS REPUBLICANOS EN NAVARRA


Este año se ha cumplido el 40 aniversario de las exhumaciones de republicanos fusilados por los franquistas durante la guerra y la posguerra que comenzaron a llevarse a cabo en la transición. En algunas provincias se empezó a exhumar antes de 1978, pero, casi siempre, de forma aislada.

Acabo de publicar un artículo sobre las exhumaciones y homenajes multitudinarios que tuvieron lugar en Navarra a partir de 1978. Es un caso fascinante por el grado de eficacia y coordinación que adquirieron estas iniciativas. En ellas participaron familiares, un buen número de sacerdotes -que anhelaban pedir perdón por la complicidad de la Iglesia católica española con el bando franquista-, no pocos alcaldes y concejales (algunos de ellos no elegidos democráticamente) y muchos militantes de partidos de izquierda. El fenómeno se extendió a La Rioja, pues había tanto riojanos enterrados en Navarra, como navarros enterrados en La Rioja.

Resulta sorprendente que personas tan humildes llegaran a organizar una acción colectiva tan eficaz en momentos tan poco propicios para ello, siendo capaces de sortear las dificultades que se encontraron, sobreponerse a las amenazas que recibieron y haciendo caso omiso a las invitaciones a relegar al olvido aquella parte tan dolorosa y siniestra de nuestra historia. En este artículo trato de explicar cómo se organizaron y las razones del éxito de tantas de aquellas iniciativas.

Aquí tenéis el enlace directo al PDF del artículo
No dudéis en hacérselo llegar a quienes creáis que podrían estar interesados en leerlo.

Disculpad las molestias y recibid un saludo muy cordial,

Paloma Aguilar Fernández
Departamento de Ciencia Política y de la Administración
Facultad de Ciencias Políticas y Sociología
UNED
Calle Obispo Trejo s/n
28040-Madrid
https://uned.academia.edu/PalomaAguilar
https://www.researchgate.net/profile/Paloma_Aguilar/contributions

viernes, 22 de junio de 2018

POR LA DEMOCRATIZACIÓN DEL ESPACIO PÚBLICO Y SIMBÓLICO DE CORELLA


El 13 de enero de 2017 en el Boletín Oficial de Navarra aparecía un acuerdo del Gobierno de Navarra en el que se recoge un Censo provisional de símbolos franquistas y una serie de recomendaciones para la retirada de estos símbolos. El objetivo era ir avanzando en la democratización del espacio público de Navarra, tarea que se inició legislativamente con la Declaración del Parlamento de Navarra de 10 de marzo del 2003, en la que se instaba a las instituciones de Navarra a poner las condiciones necesarias para "eliminar aquellos elementos simbólicos contrarios a la libertad y representativos de ese pasado [el golpe militar y la dictadura franquista] que deseamos superar". Por desgracia, aunque se han dado pasos importantes, este objetivo está todavía lejos de haber sido cumplido.


En lo que atañe a Corella el acuerdo recoge en varios anexos el censo de símbolos franquistas que en ese momento se consideraban objeto de las previsiones de la Ley Foral de reconocimiento y reparación moral de las ciudadanas y ciudadanos navarros asesinados y víctimas de la represión a raíz del golpe militar de 1936, del 26 de noviembre de 2013

ANEXO I. Censo de símbolos franquistas

MUNICIPIO/TIPOLOGÍA GENERAL Y ESPECÍFICA

Corella

Monumentos y conjuntos monumentales (MONUMENTO CAÍDOS)

Simbología espacios públicos (LAUREADA)


ANEXO II. Nomenclátor asociado a personas

Corella

Calles, avenidas, plaza, parques (C/ARRESE)

Centros educativos (ARRESE)

Esculturas en la vía pública (ARRESE)

Museos/Salas de exposiciones (ARRESE)

ANEXO III. Relación de personas vinculadas al franquismo

18. ARRESE MAGRA, JOSÉ LUIS.

Nacimiento: Bilbao, 14 de abril de 1905.

Muerte: Corella, 6 de abril de 1986.

Categoría de vinculación con el golpe de estado de 1936 y el régimen franquista:

-Gobernador Civil de Málaga (1939-1941).

-Ministro Secretario General de F.E.T y de las J.O.N.S. (19/05/1941 - 20/07/1945).

-Ministro Secretario General de F.E.T y de las J.O.N.S. (15/02/1956-25/02/1957).

-Ministro de la Vivienda (25/02/1957 - 17/03/1960).

-Procurador en Cortes (1943-1977).

Motivo o méritos por los que recibe nombramiento:

-Cargo público de la dictadura.

Nombramientos o menciones recibidas:

-Colegio Público José Luis Arrese en Corella.

-Museo en Corella.

-Calle en Corella.

-Busto en Corella.

Fuentes de información:

-Aparisi Laporta, Luis Miguel (2009), "Arrese y Magra, José Luis", en Diccionario biográfico español, Madrid, Real Academia de la Historia. Tomo V, pp. 578 -579.

-Boletín Oficial del Estado: [BOE 20/05/1941]/[BOE 21/07/1945]/[BOE 16/02/1956]/[BOE 26/02/1957]/[BOE 26/02/1957]/[BOE 18/03/1960]

-Congreso de los Diputados (2016) Histórico de Diputados (http://www.congreso.es/portal/page/portal/Congreso/Congreso/SDocum/ArchCon/SDHistoDipu).

-Urquijo Goitia, José Ramón (2001), Gobiernos y ministros españoles (1808-2000). Madrid, CSIC.

En el capítulo de las recomendaciones para la retirada de la simbología franquista se recogen unos conceptos que son importantes a la hora de enfocar esta retirada: “Cuando hablamos del pasado, es imprescindible distinguir entre historia y memoria. La memoria no niega la historia. La memoria observa el pasado con mirada crítica para consensuar democráticamente qué elementos de nuestra historia merecen un reconocimiento público hoy. Ese es el objetivo del programa de retirada de simbología franquista y guerracivilista. Así, cuando se retiran símbolos o se cambian nombres de calles o se retiran distinciones hechas en el pasado a personas que participaron en vulneraciones de derechos humanos o colaboraron en la organización del golpe militar de 1936, en la violencia desatada tras él o en el régimen dictatorial posterior de una forma significativa, se hace para construir una mejor convivencia, evitando que esa presencia y reconocimiento públicos ofendan a las víctimas. Se hace, en definitiva, para recuperar una memoria democrática de Navarra y para retirar de nuestro espacio público símbolos que representen una agresión a los valores de la paz, la convivencia, la libertad y la democracia”.

Tal como se dice en el texto del Acuerdo, el Censo de simbología franquista propuesto es un censo abierto y no definitivo por varios motivos. Y en última instancia son los ayuntamiento los que deben decidir las medidas concretas que conllevan el cumplimiento de la legislación relativa a la simbología franquista. Dentro de ese marco legal el acuerdo recoge un serie de recomendaciones elaboradas por la Comisión Técnica de coordinación en materia de Memoria histórica.

En lo que afectaría a Corella estas son algunas de la recomendaciones propuestas:

A) Escudo con la Cruz Laureada de San Fernando.

La Cruz Laureada de San Fernando fue concedida a Navarra en 1937 por el dictador Francisco Franco y colocada en su escudo como homenaje y reconocimiento a los voluntarios navarros que le apoyaron en el golpe militar de 1936. La laureada en el escudo de Navarra es un símbolo que legitima la violencia como herramienta en la defensa de unas ideas políticas y distingue el sacrificio de vidas humanas en la guerra.

Recomendación. Retirada de la Cruz Laureada de San Fernando de todos los escudos de Navarra que existan siguiendo lo establecido en la Ley Foral 24/2003 y en la Ley Foral 33/2013 previamente referidas.

En nuestro caso esta símbolo franquista se sitúa en un edificio privado, por lo cual el Ayuntamiento debe instar/exigir/reclamar su retirada a los propietarios del edificio.




B) Placas y elementos escultóricos para culto a los mártires y a los caídos.

Se trata de placas de piedra o mármol, así como de grandes construcciones escultóricas o arquitectónicas. Son elementos erigidos para la exaltación de la memoria de personas que murieron en una guerra civil a consecuencia de un golpe militar. Tal y como se ha explicado previamente, este tipo de elementos representan una exaltación y justificación de la violencia y la guerra como herramienta de defensa de unas ideas. Se trata, además, de elementos en los que se recupera los nombres de personas que murieron en el bando alzado y son elementos que impiden avanzar hacia la convivencia al recordarnos la ruptura de nuestra sociedad, la violencia y la guerra.

Recomendación. Se propone, como primera medida, la retirada del conjunto, encomendando a la Institución Príncipe de Viana su conservación como elemento de patrimonio histórico para la conservación de la memoria de lo ocurrido. Si esto no fuera posible, se propone la retirada, dentro de cada placa o elemento escultórico y arquitectónico, de aquellas partes simbólicas que supongan la exaltación de la victoria del régimen franquista: escudos, yugos y flechas, referencias a la Cruzada, al Generalísimo, a Primo de Rivera, o consignas exaltatorias, como Caídos por Dios y por España...

En este punto se han retirado las placas, y se está pendiente de una modificación general del Paseo de la Rambla que elimine el monumento.

Ver noticia.

C) Placas del Instituto Nacional de la Vivienda y de la Obra Sindical del Hogar.

El régimen franquista creó el Instituto Nacional de la Vivienda con el objeto de controlar el crecimiento físico de las ciudades así como para impulsar un modelo social de desarrollo determinado, dependiente de FET y de las JONS. Así, en los años de la dictadura se construyeron grupos de viviendas en los que se colocaron grandes letreros con símbolos de la Delegación Nacional de Sindicatos y del Instituto Nacional de la Vivienda. Del mismo modo, se colocaron también pequeñas placas en muchas viviendas con simbología franquista que aún perduran.

Recomendación. Retirada de todos esos elementos.


D) Designación de hijos adoptivos o predilectos.
Durante la Dictadura fue una práctica frecuente la concesión del título de hijo adoptivo o predilecto a Francisco Franco y a otros personajes vinculados al régimen franquista como reconocimiento a su labor, suponiendo un ejemplo más de exaltación de la guerra y del propio régimen.

Recomendación. Revocar los acuerdos de nombramientos como hijos adoptivos y predilectos de aquellas personas con algún tipo de responsabilidad en procesos de vulneración de derechos humanos que cualquier institución, local o provincial, haya impulsado.

La ley Foral 33/2013 de 26 de noviembre dice al respecto en su artículo 12:

"Anulación de distinciones, nombramientos, títulos y honores institucionales.

Las Administraciones Públicas de Navarra procederán, en el plazo de un año a partir de la publicación de esta Ley Foral, a revisar e invalidar todas las distinciones, nombramientos, títulos honoríficos y demás formas de exaltación de personas vinculadas con el régimen franquista, procediéndose en dicho plazo a realizar las diligencias oportunas que lo certifiquen. Dichas certificaciones serán hechas públicas por las distintas Administraciones y serán remitidas al Gobierno de España".

Relacionado con este punto el Ayuntamiento aprobó recientemente una moción presentada por el gobierno municipal (ACI y PSN) por la que se decide que "el Ayuntamiento de Corella anula todas las distinciones, nombramientos, títulos honoríficos y demás formas de reconocimiento a personas que tengan su fundamento en su vinculación con el régimen franquista y que supongan, directa o indirectamente, una exaltación de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura” Ver noticia

En nuestra opinión esta disposición no cumple con la Ley Foral 33/2013, que exige revisar y revocar/anular las declaraciones expresas de exaltación de las personas vinculadas con el régimen franquista

En Corella deberían invalidarse, al menos, los siguientes nombramientos:

Nombramiento como hijo adoptivo de la Ciudad a José Luis Arrese Magra. (Sesión extraordinaria de 21 de septiembre de 1941)

La Vanguardia Española, 8 de abril de 1942

Nombramiento como hijo adoptivo de la Ciudad a Francisco Franco Bahamonde. (Sesión extraordinarioa del 29 de diciembre de 1947).

Nombramiento de Alcalde Honorario de la Ciudad a José Luis Arrese Magra. (Sesión extraordinaria de 28 de Diciembre de 1948)


Titulo de hija adoptiva de la Ciudad y nombramiento de Alcaldesa Honoraria a Carmen Polo de Franco. (Sesión extraordinaria del 8 de agosto de 1955).

La Vanguardia Española, 22 de agosto de 1955







Las acciones que hasta ahora han sido realizadas, y las que todavía deben ser implementadas para cumplir no sólo con la letra sino también con los objetivos de la Ley Foral de reconocimiento y reparación moral de las ciudadanas y ciudadanos navarros asesinados y víctimas de la represión a raíz del golpe militar de 1936, están originando cierta polémica, fundamentalmente en torno a la figura de José Luis de Arrese. Así, con motivo de la retirada del busto del ex-ministro de la Dictadura, (ver noticia) el grupo municipal de UPN publicó un comunicado en el que expresaba que a este partido le "parece injusto el tratamiento que se le da a la figura de José Luis de Arrese en Corella por este Ayuntamiento. Para Corella fue, y sigue siendo, benefactor, mecenas e impulsor del desarrollo local y merece un reconocimiento innegable”. Hay detrás de estas palabras dos cuestiones que las hacen injustificables, un intento de blanquear la Dictadura franquista y un encubrimiento del papel desempeñado por José Luis Arrese durante la Dictadura

Para entender la figura de Arrese en la Dictadura es bueno recordar cómo definía la Asamblea General de las Naciones Unidas al Régimen franquista en 1946:

"(a) En sus orígenes, naturaleza, estructura y conducta general, el régimen de Franco es un régimen fascista modelado sobre, y en gran medida establecido gracias a, la ayuda recibida de la Alemania Nazi de Hitler y la Italia Fascista de Mussolini.

(b) Durante la larga lucha de las Naciones Unidas contra Hitler y Mussolini, Franco, a pesar de las reiteradas protestas de los aliados, otorgó cuanta ayuda sustancial estuvo en sus manos a las Potencias enemigas. En primer lugar, y a modo de ejemplo, desde 1941 hasta 1945, la División Azul de Infantería, la Legión Española de Voluntarios y el Escuadrón Aéreo Salvador, lucharon contra la Rusia Soviética en el frente del Este. En segundo lugar, en el verano de 1940, España se apoderó de Tánger en violación de su estatuto internacional, y como consecuencia del mantenimiento por parte de España de un numeroso ejército en el Marruecos Español, un elevado número de tropas aliadas se vieron inmovilizadas en el Norte de África.

(c) Existen pruebas documentales incontrovertibles que establecen que Franco fue parte culpable junto a Hitler y Mussolini en la conspiración encaminada a desencadenar la guerra contra aquellos países que en el transcurso de la guerra mundial se alinearon en torno a las Naciones Unidas. El hecho de que la plena beligerancia de Franco debiera posponerse al momento que se acordara mutuamente, formaba parte de esa conspiración".

En este contexto, en el contexto descrito por esta declaración, resulta que Arrese fue el líder del sector más pro-nazi del franquismo, al principio en concurrencia con el cuñado de Franco, Ramón Serrano Suñer, y desde 1942 como figura máxima. Esto está bien documentado, y está recogido en el artículo de la Wikipedia dedicado a Arrese: "Arrese también destacó como uno de los principales partidarios de la Alemania nazi. Mantuvo contacto regular con Hans Thomsen —el jefe del Partido nazi en España— y con Gardemann —el consejero de la embajada alemana en Madrid—, convenciéndoles de que la caída de Serrano Suñer supondría implícitamente una mayor cooperación entre la España franquista y la Alemania nazi. Para finales de 1942 ya formaba parte del grupo de políticos y militares que presionaba a Franco para que España entrase en la guerra del lado de Hitler. Cuando en noviembre de ese año se produjo el desembarco aliado en el norte de África, Arrese fue uno de los ministros —junto a José Antonio Girón de Velasco y Carlos Asensio— que manifestaron que aquél era el momento para que España entrase en guerra. Esto provocó un fuerte debate en el seno del gobierno franquista y, a pesar de las fuertes disensiones internas que se produjeron, finalmente no se produjo ninguna entrada en guerra”.

José Luis Arrese fue nombrado por Franco ministro Secretario General de Falange Española Tradicionalista y de las JONS el 19 de mayo de 1941 y cesado el 20 de julio de 1945. En los datos biográficos con que la prensa acompañaba la noticia del nombramiento se decía que se había afiliado "a Falange Española en 1933, actuando a las órdenes directas de José Antonio" y que fue Jefe provincial de Falange Española de Granada, donde organizó la Falange y la preparó para el Movimiento". También que había sido [entre 1939 y 1941] Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento en Málaga. (Las cifras de la represión en Málaga son escalofriantes. Es de referencia el libro La Guerra Civil Española del historiador británico Antony Beevor, que habla de un informe elaborado por el cónsul británico en 1944 con estadísticas del ejército sublevado. Según este documento, la primera semana de control de las fuerzas rebeldes, en febrero de 1937, fueron ejecutadas 3.500 personas; y entre el 15 de febrero de 1937 y el 25 de agosto de 1944, otras 16.952 fueron condenadas a muerte y fusiladas en Málaga. La fosa común del cementerio de San Rafael es la mayor exhumada desde la II Guerra Mundial, se han encontrado cerca de 3.000 cadáveres, aunque existe un listado de 4.300 nombres y apellidos de fusilados, perfectamente documentados tras un rastreo en varios archivos. A ello deben añadirse las víctimas del hambre y otras formas de represión. De esa represión, en la parte que le corresponde, fue responsable José Luis Arrese. Un personaje, que luego fue Gobernador Civil de Navarra, que destacó en tareas represivas como fiscal fue Arias Navarro, que recibió el apodo de "el carnicero de Málaga").

Al acceder al cargo Arrese asumió la Subsecretaría de Prensa y Propaganda, o sea el control de la prensa, la censura y los medios de propaganda, que puso al servicio de los intereses nazis.

"En el periodo de la Segunda Guerra Mundial, uno de los puntos clave des el protagonismo de la Vicesecretaría de Educación Popular (a través de sus departamentos propagandísticos y periodísticos) como mecanismo de adhesión al Eje. Este proceso no debe ser interpretado únicamente como un proceso de identificación ideológica con los fascismos europeos; sino también como una vía política más, aprovechando la coyuntura internacional que creaban las victorias alemanas, italianas y japonesas, para posicionar a Falange en la cima del poder. Tanto Serrano Suñer como José Luis Arrese buscaban presentarse ante el Reich como los máximos promotores y defensores de su causa en España, con la intención de explotar en el ámbito interior los beneficios políticos que podía proporcionar esa cooperación. Una manera, por tanto, de ganarse el favor del Eje y de participar a su lado –a falta de una intervención militar directa- fue promover en los medios periodísticos españoles una intensa campaña germanófila, que implicaba cortar las alas a la propaganda Aliada y cooperar a nivel exterior defendiendo las tesis de la Nueva Europa esgrimidas por la Alemania nazi. Por su parte, ésta intentó valerse de los servicios prestados por la propaganda franquista para penetrar cultural e ideológicamente en América. Además, pudo probar al mundo entero el poderío de su maquinaria propagandística, pues consiguió que los medios informativos de un supuesto país neutral, como era España, se volcasen de forma voluntaria hacia su causa" (Antonio Moreno Cantano, Los servicios de prensa extranjeros en el promer franquismo, Tesis doctoral, 2008).

La influencia nazi en los métodos de represión franquistas ha sido puesta de manifiesto por diversos investigadores. Así el historiador Paul Preston dice "En realidad, la influencia alemana en la prensa era sólo uno de los diversos modos en que España se estaba convirtiendo en una suerte de colonia informal de Alemania. El aparato de policía estaba fuertemente influido por la Gestapo. Los teléfonos de la embajada y el ministerio estaban intervenidos por los alemanes con el consentimiento oficial, conseguido mediante el soborno o bien por afinidad ideológica" (Franco <<Caudillo de España>>). Podemos ver un resumen de esta cuestión en el siguiente artículo de Rafael Guerrero en "Público" (13/10/2014).

"Franco desplegó en la postguerra la "multi-represión" contra los vencidos con métodos nazis.

Francisco Moreno Gómez es uno de los pioneros de la investigación sobre la memoria histórica en España, ya que sus primeros trabajos se remontan a finales de los años 70 del siglo XX. Prolífico en su producción historiográfica sin menoscabo del rigor científico, este veterano historiador cordobés ha publicado su último libro bajo el título La victoria sangrienta 1939-1945. Un estudio de la gran represión franquista para el Memorial Democrático de España, donde analiza pormenorizadamente las distintas variables represivas que utilizó el franquismo para acabar y/o someter a los vencidos, acuñando para ello el término 'multi-represión'.

Franco utilizó todo el catálogo de crímenes contra la humanidad. No es sólo contabilizar el número de caídos en los paredones, que pudieron ser 40.000 en la postguerra, sino que hay un programa represivo de tal envergadura que yo llamo multi-represión', afirma Moreno Gómez, que desgrana su variedad y su cuantificación aproximada: apresamientos masivos con 300.000 presos en 1940; 507.000 detenidos emplazados en 188 campos de concentración; 90.000 integrantes de batallones de trabajadores; al menos 400.000 obligados a partir hacia el exilio; hambre como instrumento represivo, adobado con racionamiento y estraperlo; humillación de las mujeres usando el rapado y el aceite de ricino; robo y desaparición de niños en número cifrado por la ONU de 30.000 menores; represión económica para arruinar a los vencidos con apropiación indebida de propiedades y bienes, así como con fuertes sanciones y multas; represión ideológica y laboral con listas negras para trabajar, etc.

Todo ello ocurrió durante la postguerra que Moreno Gómez califica de 'victoria sangrienta', el periodo más puramente fascista de la dictadura franquista hasta que, tras la derrota de Hitler y Mussolini en la Segunda Guerra Mundial, Franco tuvo que disimular su afinidad ideológica y de parafernalia con los regímenes del Eje.

Sin embargo, el investigador cordobés sostiene que hubo no pocas similitudes de los métodos represivos del franquismo y del nazismo, comenzando por la obsesión de ambos dictadores por el sistema concentracionario, 'aunque Hitler se contentó con los campos de concentración, mientras que Franco prefirió las cárceles como núcleo represivo'.

En las cárceles se torturaba y de ellas se salía para el paredón, pero también servían -según Moreno Gómez- para la represión ideológica, cuya función asumió la Iglesia. Se ejercía un control sobre las familias, ya que las visitas de los hijos y de las mujeres no estaban permitidas salvo que ellos estuvieran bautizados y ellas casadas por la Iglesia con los presos; se promovía el trabajo esclavo al exterior para obras públicas y privadas; y se promovió el robo de niños con la cobertura legal desde 1940 que impedía la presencia de niños con más de tres años con sus madres y desde 1941, que facilitaba el cambio de nombre de los menores. 'Lo de los niños en las cárceles era sencillamente inhumano', señala Moreno Gómez, poniendo como ejemplo el testimonio de una mujer presa en la cárcel guipuzcoana de Saturrarán.

Decía Carmen Riera que 'en diez días murieron más de 30 niños, entre ellos mi hija. Me llevaron su cajita a la celda unas monjas que trajeron unas flores y no paraban de decir que era un angelito que adoraba a Dios, hasta que no pude más y las eché de allí. Y me pasé toda la noche sentada en el suelo junto a la caja de mi niña'. En aquella cárcel vasca murieron 120 mujeres y 57 niños.

Se aplicaba a los presos una 'dieta hipocalórica de 800 calorías, a sabiendas de que con menos de 1.200 no se puede sobrevivir', lo que produjo una elevada mortandad en las grandes cárceles. Francisco Moreno precisa que esto se produjo desde finales de 1940, que fue cuando los detenidos en los pueblos fueron trasladados a las grandes cárceles de las capitales y pone varios ejemplos de reclusos muertos por hambre: 900 en la prisión de Sevilla, 660 en la isla pontevedresa de San Simón (reservada para los ancianos) o 756 en una cárcel de Córdoba atestada con 3.500 presos, lo que supone una mortandad del 20% de la población. 'Los detenidos encarcelados tras el fin de la guerra cerca de sus pueblos de origen eran alimentados por sus familias, pero después del alejamiento la distancia lo impedía'.

La 'conexión nazi' de la estrategia concentracionaria franquista que Francisco Moreno aprecia no sólo se circunscribe a la escasa dieta alimenticia, sino al uso del clima como instrumento represivo, ya que los presos del sur fueron trasladados a cárceles del norte, donde el frío hacía estragos, y viceversa con los represaliados del norte a cárceles del sur. 'En Burgos, con el frío ya tenemos bastante', decían los presos políticos andaluces, sobre todo en 1941, que fue el año de mayor mortandad en las cárceles españolas y que coincidió también con el de la gran mortalidad en Mauthausen, el campo de exterminio nazi donde murieron más miles de republicanos españoles.

Otra coincidencia -señala el historiador Francisco Moreno-, a la que hay que añadir los traslados de presos en trenes borregueros cerrados sin comer ni beber en varios días o la ausencia de médicos para atender a los reclusos que era sustituida por los presos que tenían conocimientos sanitarios, aunque la coordinación general sí que estaba en manos de médicos como los doctores Mengele en Auschwitz o Vallejo-Nágera como director de los servicios psiquiátricos en España, con sus crueles experimentos médicos'. (...)"

En enero de 1943 José Luis Arrese, realizó una visita a Alemania y llegó a entrevistarse con el propio Hitler. El viaje provocó las encendidas protestas del ministro de Exteriores, Gómez-Jordana, que buscaba una relación más equilibrada con los Aliados. 

La Vanguardia Española, 19 de enero de 1943

Aunque posteriormente se han intentado blanquear los objetivos de aquel viaje, el objetivo era estrechar lazos entre la Falange y el Partido Nacionalsocialista Alemán, y Arrese no dudó en prometer de nuevo la participación de España en el conflicto si Alemania conseguía grandes victorias. Durante el viaje visitó Munich, Berlín y el Cuartel General de Hitler en Rastenburg, en la Prusia Oriental, inspeccionó aviones alemanes y proyectos de construcción, presenció maniobras militares, visitó la sede central del Partido Nazi, le rindió honores una compañía de las S. S. y se entrevistó con las altas jerarquías del Estado y el Partido: además de Adolf Hitler, el ministro de Asuntos Exteriores Michael von Ribbentrop, el ministro canciller del Partido Martin Bormann, el ministro de propaganda Joseph Goebbels, el secretario de Estado Leopold Gutterer, el Jefe Nacional de la administración del Partido Franz Xaver Schward,el General von Epp, la autoridad (gauleiter) de Baviera Hans-Ferdinand Geisler, el burgomaestre de Munich Fidler, el jefe de la prensa del Reich Otto Dietrich, el alto funcionario de la NSV Erich Hilgenfeld, etc. A todos ellos les expresó su entusiasmo por el nacionalsocialismo´y las obras de la Alemania Nazi. Pero aquella visita coincidió con la derrota alemana de Stalingrado y e signo de la guerra cambió. Después la derrota alemana llegó y los amigos de Arrese se suicidaron, fueron juzgados por crímenes contra la humanidad en Nuremberg, y fueron ahorcados, etc.

Ribbentrop, ejecutado.

Jose Luis Arrese había sido pieza clave en la constitución del contingente militar que participó en la Segunda Guerra Mundial a favor de la Alemania Nazi en el Frente del Este. El 25 de junio del año 1941 José Luis Arrese pide oficialmente la formación de una legión de voluntarios para combatir en Rusia dentro de las filas de la ‘Wehrmacht’ alemana, pero a petición de los alemanes el Mando Militar decide que también participen soldados profesionales. Esta división de Infantería se denominó oficialmente División Española de Voluntarios (250.ª División de Infantería en Alemania). Fue el mismo Arrese quien propuso el nombre de División Azul, por el color de la camisa del uniforme falangista, con el que fue y es habitualmente conocida. Hasta diciembre de 1943, cerca de 50.000 soldados participaron en diversas batallas. La División fue disuelta cuando, visto el desarrollo de la guerra, el Régimen decidió cambiar su estatus de no beligerancia activa por el de neutralidad. 

La Vanguardia Española, 24 de junio de 1941


De todas maneras durante 1943 destacados ministros falangistas, como José Luis Arrese y José Antonio Girón, todavía habían propugnado en el Consejo de Ministros la entrada de España en guerra al lado de Alemania. Si bien esto no pudo ser conseguido, se hizo todo lo posible por parte de muy influyentes sectores falangistas y germanófilos que controlaban los aparatos del Nuevo Estado para seguir sirviendo lo mejor posible a Alemania.

Es significativo que a finales de septiembre de 1944 fueron enviadas a la prensa unas directivas procedentes de El Pardo, a través del jefe del departamento de prensa y propaganda de la Falange, Juan Aparicio, sin previa consulta con José Luis Arrese, ministro secretario del partido. En ellas se instruía a la prensa para que evitase cualquier orientación germanófila en los comentarios. Pero la burocracia falangista resistió el envite. 

En aquel momento, se calcula que incluía a 20.000 personas, es decir, 20.000 personas que recibían salarios regulares del partido. De éstos, cerca del millar eran agentes fijos del servicio de inteligencia falangista, sin incluir los miembros falangistas del cuerpo de Policía y los informadores de todo tipo que apoyaban al partido. Sobre esta estructura y los acuerdos de 1940, la Gestapo había conseguido controlar la policía española con el apoyo asimismo de los elementos germanófilos del Alto Estado Mayor, ya que los más importantes puestos de la dirección general de Seguridad estaban asignados a mandos militares. A fines de 1944, la dirección general de Seguridad seguía cooperando y apoyando los intereses alemanes, permitiéndoles seguir escuchando las conversaciones telefónicas de cualquier ciudadano u organismo oficial, la apertura de cartas y telegramas e incluso el interrogatorio de los detenidos. A su vez, la milicia falangista estaba considerada en este momento como una fuerza de reserva que podía ser llamada, en una situación de emergencia, a reforzar la policía regular en caso de desórdenes, huelgas, etcétera. Una especie de somatén de reserva. A esto hay que añadir otra serie de medidas, como la formación, en agosto de 1944, de un cuerpo de élite, la Guardia de Franco, con miembros de la Vieja Guardia y de la División Azul; la venta a bajo precio y distribución de armas cortas, de una forma no oficial e indiscriminada, a diversos sectores falangistas; o la formación de listas negras. 

Es interesante a este respecto constatar las directrices de una orden emanada de la secretaría general del partido, el 21 de septiembre de 1944, a todos los jefes de distrito de Madrid. Eran las siguientes: lista de rojos que han estado activos en el pasado o durante la guerra civil, con todos los posibles detalles referentes a sus actividades y su situación presente (libertad, libertad provisional, libertad restringida, prisión); indeseables, es decir, aquellos que, estando sin una afiliación definida, podrían sacar partido de cualquier agitación o desorden para sus propios propósitos; extranjeros que han residido en España desde la guerra civil; simpatizantes rojos, es decir, aquellos que no han tomado parte en actividades rojas, pero, sin embargo, simpatizan con ellos y hacen todo lo posible para hundir el Movimiento, propagando rumores y falsas historias. Estas directrices fueron pasadas a los “jefes de casa” que la Falange había establecido en cada edificio de viviendas y cuya función consistía en espiar e informar de la actividad de todos los residentes, forzando a los porteros a cooperar, informando de las visitas bajo pena de expulsión del puesto de trabajo o represalias.

Simultáneamente se incrementaron, en la segunda mitad de 1944, las detenciones políticas y las ejecuciones de prisioneros. Unos, detenidos por actos clandestinos considerados hostiles al régimen, y otros, que todavía esperaban el cumplimiento de la sentencia desde el final de la guerra civil. El gobierno británico tuvo incluso que intervenir ante la secretaría de Estado del Vaticano presentando un informe detallado del número de ejecuciones, condenas a muerte y detenciones de un régimen que se presentaba como paladín de la cristiandad, que no pudieron menos de causar estupor y fueron enviados al nuncio Cicognani para información y encuesta.

Coherentes con la pública germanofilia de Arrese eran su antisemitismo (en 1940 en el libro La Revolución del nacionalsindicalismo, recordaba “la brillante lucha de la Falange contra el judaísmo capitalista del SEPU”, o sea la campaña de difamación contra los Almacenes SEPU, dirigida desde el periódico de la Falange Arriba que fue contemporánea en el tiempo e inspirada en los asaltos nazis a los comercios judíos en Alemania. En 1935 la tienda en Madrid fue asaltada por militantes de Falange, y los cristales del establecimiento fueron rotos en reiteradas ocasiones), su furibunda crítica de la democracia («Un pueblo no puede gobernarse a sí mismo como tampoco puede mandarse a sí mismo un ejército») y su exaltación del programa totalitario («el Estado totalitario es el modo de organización que hace a la gran potencia capaz de mantenerse contra todos los demás, apretada en sí misma, instrumento que hace posible la guerra total»

Los sueños imperiales de Arrese, compartidos con Franco tuvieron consecuencias nefastas para las clases populares. Los resultados de la aplicación de la política autárquica e intervencionista al servicio de «un Estado imperial militar» fue una profunda depresión económica. “Por encima de cualquier circunstancia, la duración y profundidad de la crisis no puede ser entendida sin situar en un primer plano la esencia política del Régimen, sus fundamentos y objetivos y la propia política económica desarrollada. Un Régimen nacido del apoyo directo de las potencias totalitarias y que se alineó de manera entusiasta con ellas hasta casi el final de la guerra. La situación de España en 1945 fue el resultado de una opción voluntaria de Franco que resultó equivocada. (...) Las pérdidas más graves, curiosamente olvidadas por el Régimen, fueron las de vidas humanas. Los cientos de miles de muertos en los frentes de batalla y en las retaguardias; las miles de víctimas de la represión tras el final de la guerra; los fallecidos por hambre, privaciones y enfermedades. Pero no solo fueron los muertos. Cientos de miles de españoles fueron víctimas de variados tipos de represalias y depuraciones, y la población penitenciaria alcanzó cifras extraordinarias. Finalmente, hay que tener en cuenta el capítulo de los exiliados, particularmente importante desde el punto de vista del capital humano. Resulta muy llamativo que incluso un personaje como Himmler aconsejara a Franco, durante su visita a Madrid, una política de menor rigor represivo y más favorable a la integración de la clase obrera en las estructuras del “Nuevo Estado”. La depuración ideológica y el retorno del fundamentalismo religioso fueron una pesada losa que impidió el desarrollo de la libertad y la iniciativa. La sociedad española fue una sociedad, además de empobrecida, temerosa. Para colmo de males, el lugar que dejaron vacío los científicos, intelectuales y maestros republicanos fue ocupado por elementos del Régimen que, generalmente, carecían de las cualidades y la preparación técnica necesaria". (Carlos Barciela López La Posguerra)

Fueron los años del hambre, recordados en estos artículos de Angel Viñas El lado negro del “Imperio” franco-falangista y Gloria Román Ruiz Capeando “los años del hambre”. Estraperlo, contrabando, hurtos y otras estrategias cotidianas

En 1945 la derrota de Alemania supuso la derrota de Arrese. “Yo cesé porque fui uno de los tres españoles señalados con el irresponsable estigma de <<criminal de guerra>>”. Así de claro lo dice el propio José Luis Arrese en el libro Franco visto por sus ministros (AA. VV., Planeta, 1981). Lo cierto es que atendiendo a la jurisprudencia de Nuremberg Arrese debería haber sido juzgado por “crímenes contra la humanidad”, pero las circunstancias históricas jugaron de su parte. Como dice a continuación “aunque dos años más tarde Antón Riestra me trajo de Norteamérica un extraño mensaje de invitación y de olvido”. 

Los intereses de Estados Unidos hicieron que el Régimen de Franco, con ligeros maquillajes, se mantuviera con su esencia fascista. Arrese se mantuvo en la sombra durante unos años sin perder la estrecha amistad con el Dictador, hasta que en 1956 fue de nuevo nombrado ministro secretario del Movimiento en un momento de cierta agitación estudiantil, por su “fama de duro” en sus palabras. De todas maneras sus pretensiones de institucionalizar un falangismo totalitario chocaron ya con las otras “familias” del Régimen e incluso con las altas jerarquías eclesiásticas, apenas duró un año en el cargo. Continuó en el Consejo de ministros como ministro de Vivienda entre 1957 y 1960. Esta es la etapa que se ha utilizado para intentar blanquear y ensalzar su figura, pero Arrese no cambió nunca sus ideas anti-democráticas y totalitarias.

Arrese fue alumno aventajado de Goebbels

Es una verguenza, una aberración, un escarnio a todas las víctimas del nazismo y del franquismo que todavía en junio de 2018 una calle de Corella lleve el nombre del criminal de guerra José Luis Arrese.

El Ayuntamiento de Corella debe advertir a la Fundación Arrese (el Alcalde De Corella es miembro nato del Patronato de esta Fundación) para que retorne a su nombre original el nombre del Museo Arrese, y se denomine Museo de Arte Sacro.




Igualmente creemos que debe desaparecer del espacio público de Corella el nombre de la esposa de José Luis Arrese, María Teresa Sáenz de Heredia (Calle y Parque) y debe retirarse su busto del citado Parque. El reconocimiento que se expresa en estas denominaciones y este monumento público, no se lo ha hecho la Ciudad de Corella por méritos propios sino se los ha otorgado el Régimen Franquista solamente por ser esposa de José Luis Arrese y amiga de la esposa del Dictador, Carmen Polo. Son por lo tanto símbolos del franquismo que deben se erradicados del espacio público de Corella.



 
Carlos Arias Navarro, "carnicerito de Málaga"


viernes, 26 de enero de 2018

INJUSTICIA MILITAR Y BRUTALIZACIÓN DE LA RETAGUARDIA: CORELLA

Consejo de guerra. Injusticia militar en Navarra (1936-1940). Con este título la editorial Txalaparta ha presentado un nuevo libro sobre Memoria Histórica que supone un nuevo hito en la investigación de la represión salvaje que se abatió sobre Navarra a raíz del golpe de Estado del 18 de Julio de 1936. Su autor, Ricardo Urrizola Hualde, ha investigado en los archivos militares, fundamentalmente en el Archivo de la Comandancia Militar de Navarra, dando cuenta de casi 600 expedientes incoados entre 1936 y 1940 con los que ha elaborado el mapa legal del terror franquista en Navarra durante aquellos años. He aquí algunos enlaces para quienes deseen más información sobre este libro:





Ahotsa.info

En el libro aparecen tres expedientes relacionados con Corella. En uno de ellos se da cuenta de un incidente protagonizado por el soldado "moro" Tuhami Ben Mohamed, que causó la muerte a un sargento del 4º Tabor de Regulares de Tetuán (estas tropas "moras" estaban alojadas en un caserón en el Corrompido). Los otros dos expedientes, que transcribimos a continuación, nos muestran dos ejemplos de lo que otro investigador de la Memoria Histórica, Fernando Mikelarena en su libro Sin piedad: Limpieza política en Navarra, 1936, ha denominado brutalización de la retaguardia, haciendo referencia al clima de violencia reinante en territorios que como el de Navarra estaban alejadas del frente, que por desgracia se manifestó de diversas formas y durante mucho tiempo en Corella.


LINCHAMIENTO

Sobre las diez de la noche del 9 de abril de 1939 llegaba a Corella el vecino Manuel Muñoz Escribano, El Taratita, proveniente del campo de concentración Santa María de Huerta, en Levante. Quería entrar al pueblo «por donde fuese menos visto» pero no lo consiguió. Unos vecinos, al verle aparecer «se echaron sobre él golpeándole y llevándole así por toda la calle Mayor hasta la plaza del Ayuntamiento, donde debido al linchamiento de que fue objeto cayó a tierra dejándole como muerto. Recogido que fue poco después por orden del señor alcalde, fue conducido en una camilla al Hospital, donde fue asistido por el médico militar Sr. Vitrian». Al día siguiente los médicos redactaron el parte: «presenta heridas contusas en la cabeza (región frontal) y región molar (lado izquierdo) con voluminosos hematomas; fractura incompleta de la rama derecha del maxilar inferior y magullamiento en ambos brazos con ligera conmoción cerebral; pronóstico menos grave».

Días después, el 22 de abril, Manuel hacía un pormenorizado relato de lo que le había sucedido: «venía del campo de concentración con un salvoconducto que le extendieron en el mencionado campo para que se presentase en el cuartel de la Guardia Civil de esta plaza, que el mencionado salvoconducto no lo tiene por habérselo recogido la Guardia Civil, sin poder precisar quién ni qué clase por encontrarse ligeramente conmocionado; que venía para ser puesto en libertad si ante la Guardia Civil le avalaban dos o tres personas solventes y de sana conducta; que cuando se dirigía camino de la estación a casa de su madre le dijo una chiquilla que su madre no estaba en casa, por lo cual resolvió encaminarse a casa de una prima hermana suya a fin de comer algo hasta que viniera su madre a casa; que cuando se hallaba comiendo se presentaron en casa de su prima un tío suyo, llamado Críspulo Muñoz, y otro llamado Ignacio, que vive en compañía de su tío, y que poco después le avisaron de que había llegado su madre, por lo que decidió, una vez terminado de comer, dirigirse a su casa, a lo que le acompañaron los individuos anteriormente mencionados, su prima llamada Mariana Muñoz y otras dos o tres mujeres más que no pudo precisar quienes fueron; que al poco tiempo de salir de casa de su prima le salieron al encuentro dos paisanos, llamado uno Pedro, alias Bulco el pequeño, y Luis Arnedo, los cuales le mandaron de malas maneras echar las manos arriba y haciéndole caminar unos veinte o treinta pasos hasta llevarlo a un grupo de unos veintitantos paisanos, momento en que empezaron a sacudirle golpes todos los del grupo, así como los que le llevaron; que entre los que le pegaban reconoció a uno que le apodan Rosillas y otro apodado también Piruli de bastante edad; que desde el momento que se lo llevaron no volvió a ver a su tío y acompañantes porque ya venían detrás desde el momento en que habían salido de la casa; que de esta manera, pegándole, le fueron llevando hasta la plaza del ayuntamiento donde ya perdió el conocimiento por lo que no puede precisar más detalles; que después se encontró hospitalizado en el de San José de esta plaza donde le curaron de las heridas».

Pedro Eraso, Bulco el pequeño, de 40 años, dio también su versión de los hechos: «la noche del suceso iba en compañía de un amigo suyo llamado Luis Arnedo con intención de entrar en la taberna a beber algo, pero viendo que hacía buena noche y era algo temprano acordaron dar antes algunas vueltas por el pueblo; que cuando así hacían vieron que en dirección contraria a ellos venía, en compañía de algún otro, un hombre, Manuel Muñoz, individuo de pésimos antecedentes políticos, desertor de un batallón de trabajadores al campo enemigo y autor de la quema de una cosecha recogida propiedad de varios vecinos, por lo que acordaron (creyendo se había vuelto a escapar del campo de concentración donde últimamente se hallaba) detenerlo para entregárselo a la Guardia Civil, como así lo hicieron sin oposición del tal Muñoz, marchando con él unos setecientos metros, pues en ese instante y a esa distancia del lugar donde le mandaron que les acompañase, empezaron a aparecer grupos de paisanos de todas clases en gran número, en actitud francamente hostil contra él, insultándolo e intentando pegarle, y viendo entonces que el ambiente se ponía feo, sin poder ellos evitarlo, agrupándose cada vez más gente con las mismas intenciones, se marchó al bar España en compañía de Luis Arnedo donde tomaron unas cervezas, hasta la hora de marcharse a sus casas, que fue a los pocos momentos, no volviendo a salir en toda la noche, por lo que no pudo enterarse en ese día de más detalles».

El juez militar preguntó a Pedro Eraso si recordaba la identidad de algunos de los agresores, a lo que respondía «que no, pues se trataba de un gran número de vecinos, más de trescientos, no viendo que uno determinado le pegase».

El alcalde de Corella, Entique Mateo, de 47 años, también tuvo que declarar ante el juez. Después de manifestar que el vecino agredido era, a su parecer, «individuo de muy malos antecedentes político-sociales y poco querido en el pueblo», relataba cómo se enteró del linchamiento: «se encontraba en su casa cuando recibió aviso por un alguacil de que un gran número de vecinos del pueblo trataban de linchar al tal Escribano que acababa de aparecer en él sin saber de dónde, aunque sabían que estaba prisionero por haberse pasado al campo enemigo; que cuando salió para tratar de impedirlo, después de haber dado a los municipales órdenes en este sentido, se lo encontró tendido en el suelo y herido en la plaza del ayuntamiento; que con él estaba el médico civil don Marcelino Serrano, quien le reconoció, no atreviéndose a actuar más directamente sin que lo hiciera el médico militar por tratarse de un soldado; que cuando llegó el médico militar ordenó se le condujese en una camilla al Hospital, como así se hizo, estando él presente y acompañándolos hasta dicho establecimiento para evitar complicaciones».

Pantaleón Bermejo Piruli, de 60 años, y Félix Delgado Rosillas, de 50, negaron haber participado en el linchamiento. El primero aseguraba que esa noche no había salido de casa y el segundo, aunque reconocía que estuvo presente cuando se formó el grupo, afirmaba que «viendo que la cosa se ponía fea no quiso meterse en líos y entró en el café donde tomó una copa, marchando seguidamente para su casa acostándose inmediatamente».

Otros interrogados fueron los familiares del agredido. Críspulo Muñoz, de 56 años, tío segundo de Manuel, declaraba que la tarde noche en que sucedieron los hechos fue avisado por un vecino de que su sobrino había llegado al pueblo y que estaba en casa de Mariana Sanz. Fue hacia allí «para verlo y acompañarlo a casa de su madre, mujer ya anciana, que se encontraba en cama». Cuando llegó, Manuel estaba cenando; «una vez que hubo terminado salieron él y su sobrino, su prima y un cuñado del tío llamado Ignacio (estos se quedaron detrás cerrando la puerta) en dirección a la casa de la madre del referido Manuel Escribano; que cuando se encontraban a alguna distancia de las casa de la prima se acercaron dos paisanos, vecinos del pueblo, que conoció eran Pedro Eraso y Luis Arnedo, los cuales le ordenaron se detuviera y pusiera las manos en alto, invitándole a que les acompañase; que poco después comenzaron a acercarse vecinos del pueblo en actitud amenazadora contra el Manuel Muñoz, no pudiendo apreciar lo que con él harían después, toda vez que cuando se lo llevaban consigo, se quedó atrás el declarante marchándose poco después a su casa». Esta decisión de quedarse atrás la tomó «por temer se metieran con él también, como tío suyo que era, toda vez que temía y presentía lo que ocurrió por la inquina que contra el sobrino tenían los del pueblo, por ser de ideas izquierdistas y saber que se había pasado al campo enemigo durante la campaña pasada siendo soldado del Ejército Nacional, siendo después hecho prisionero, por lo que se hallaba en un campo de concentración».

El 15 de febrero de 1941, dos años después de los hechos, el juez instructor del caso redactó un auto con el que daba fin a la investigación. Manuel, mientras tanto, se encontraba en la prisión de San Juan de Mozarrifar (Zaragoza) cumpliendo una condena de 30 años de prisión. Las conclusiones del juez fueron las siguientes: «se desprende acreditada en autos la existencia del linchamiento de que fue objeto el Manuel Muñoz, si bien no pudiéndose definir la persona responsable, por cuanto en nuestro criterio fue más bien la exaltación de los mozos del pueblo, de ardiente y probado fervor patriótico, quienes casi en masa hicieron al Muñoz objeto de sus represalias merecidas por su conducta antiespañola y anticiudadana. Los antecedentes del grupo de los linchadores que pudieran presumirse en el presente procedimiento son inmejorables y por ello nos inclinamos en nuestro enjuiciamiento a considerar los hechos fruto de la natural indignación ante la presencia de un extremista calificado con ínfimos antecedentes como era el Muñoz Escribano, y de consiguiente, habida cuenta de que el linchamiento dejó al repetido Muñoz en condiciones de utilidad y capacitación para el trabajo y servicio y que aquel no tiene ejecutores probados y los presumibles son de óptimas referencias, es por cuanto elevamos lo actuado a a la superior autoridad de Vd. con nuestro humilde parecer de que si a ello hubiere lugar en el más docto y leal enjuiciamiento de Vd. se digne decretar el sobreseimiento de esta responsabilidad a nuestro juicio intrascendente». El caso se cerró el 20 de marzo de 1941, sin que nadie fuese condenado por la agresión.

ACMN (Archivo de la Comandancia Militar de Navarra); Leg. 9, orden 594



UN PUÑETAZO EN EL HOSPITAL

A las doce de la noche del 26 de octubre de 1938, Antonio Vitrian, director del hospital militar de Corella, acudía de urgencia a su puesto de trabajo. Al llegar le comunicaron que horas antes «el soldado hospitalizado Félix Vázquez, natural de Sevilla, había hecho manifestaciones en contra del Movimiento Nacional, del Gobierno del Estado Español y del Excelentísimo Señor General don Gonzalo Queipo de Llano»

El corellano Miguel Ángel Gil, perteneciente a la 4ª Bandera de Falange, relataba al director que esa tarde, mientras hablaba con una enfermera sobre el «discurso del Excelentísimo Señor Ministro de Agricultura», el soldado Félix Vázquez cogió el periódico y dijo que «todo aquello era papel y tinta y que estaba muy lejos de cumplirse» y que «la retirada de voluntarios era iniciativa de Mussolini y no del Caudillo». Acto seguido, Félix salió de la sala. Miguel Ángel, «extrañado por las declaraciones del soldado, se levantó de la cama y fue en su busca para ver si lograba saber con certeza su ideología política». Miguel Ángel preguntó a Félix sobre medicina, pero luego se pasó a temas estudiantiles y políticos. Entonces, según afirmaba Miguel Ángel, Félix dijo «que le era lo mismo, como estudiante, pertenecer a Falange que a la CNT o a la UGT, que el caso era armar follón y que en Madrid no había más que veinte o treinta falangistas; (...) que el General Queipo de Llano era un borracho y un agitador de masas y que los hombres que formaban el Gobierno Nacional no tenían talla para gobernar». Tras escuchar estas manifestaciones, Miguel Ángel fue en busca de otro soldado de Corella, Andrés Sesma, a quien comentó lo que había escuchado. Los dos salieron en busca del soldado y tras unos minutos hablando con él manifestó, según los corellanos, que «la sangre de los Caídos era estéril, que él había estado en Cintruénigo y que las izquierdas de ese pueblo no se abstenían de decir que la guerra la tenían perdida, pero que el triunfo sería de ellos» y que «todos los navarros eran unos fanfarrones». Andrés Sesma, con «un hermano muerto en campaña», al oír las palabras de Félix le dijo: «¿de modo que la sangre de mi hermano es estéril?» y a continuación «se abalanzó sobre él para agredirle, lo que impidieron las Hermanas de la Caridad y los sanitarios, quedando cortado el incidente».

Después de cenar Miguel Ángel aseguraba que «recapacitó sobre las manifestaciones hechas por el soldado Félix Vázquez en contra de los navarros y del Gobierno Nacional y llamando al soldado Andrés Sesma, fueron ambos a la sala en la que dormía el mencionado soldado para pegarle; una vez dentro de la sala el declarante intentó agredir con el bastón al soldado pero lo impidió el sargento don Aurelio García Bigotes, que se encontraba en la sala, diciendo que como sargento no quería que hubiera jaleos y que él era responsable. El declarante le dijo al sargento que el soldado Félix Vázquez había hecho manifestaciones en contra del Gobierno Nacional y del Movimiento y que por lo tanto se extrañaba se opusiese a que le pegase. El sargento contestó al declarante que no quería que se armase jaleo en la sala y que de las manifestaciones hechas por el soldado Félix Vázquez se arreglarían después; (...) en vista de que no había logrado su propósito de pegarle, el declarante y el Andrés Sesma se marcharon a dormir. Al día siguiente el declarante, Andrés Sesma y otros hospitalizados se reunieron para ver la forma de pegarle la soldado Félix Vázquez. Por la tarde de este mismo día se dirigió el declarante y los demás a la sala donde estaba el mencionado soldado para darle una paliza pero no fue posible porque las Hermanas y los sanitarios lo impidieron encerrando a dicho soldado en una habitación hasta que vino el director del Hospital quien puso al soldado Félix Vázquez a disposición del Comandante Militar de la plaza».

Andrés Sesma, en su declaración ante el juez, añadía que Félix también había dicho que «la iglesia era un mito, que los señoritos iban a la iglesia a exhibirse y ver a las señoritas y sus trajes» y que cuando ya por la noche Miguel Ángel Gil pretendía agredir al soldado Félix, él le dijo: «¡pégale que aquí estoy yo!, y acto seguido se abalanzó sobre el soldado y le dio un puñetazo, no consiguiendo pegarle más porque se interpuso el sargento don Aurelio García Bigotes». Afirmaba que cuando al día siguiente fueron a agredir de nuevo a Félix, «le llamó una Hermana de la Caridad para que fuera a acompañar a un sacerdote, y que una vez hubo acompañado al sacerdote volvió otra vez al hospital y se encontró con que al soldado Félix Vázquez lo habían encerrado las Hermanas en una sala con objeto de que no le pegasen».

El 20 de febrero de 1939 Félix Vázquez fue condenado a ocho años y un día de prisión por un delito de «excitación a la rebelión».

ACMN; Leg. 48, orden 2569